sábado, 29 de agosto de 2009

Razones para amar

Alguna vez me enseñaron que el amor debía ser incondicional, que debía amarse a pesar de los errores y defectos…. Bueno, ya no estoy tan seguro. Tal vez los padres a sus hijos... tal vez.

Yo creo que es muy importante tener razones para amar. El amor sin razón, porque no se qué, qué que se yo, porque no sabemos ni qué es ni de qué depende ni por qué sucede, acaba por terminar y no entendemos por qué.

Hace tiempo me enamoré… que lindo estar enamorados! Me gustaba tanto esa chica!! Era guapa, muy femenina, piel canela, abundante cabello oscuro, ojos castaños bordeados por cejas perfectas

Sus labios dulces y sus rasgos finos eran llamativos para todos los hombres en cualquier sitio al que llegábamos. Su figura estética destacaba entre las chicas de la edad y su personalidad casi felina la hacía muy especial. Era muy sensual… maravillosa!

Sin embargo, aunque nos hicimos amigos apenas nos conocimos y trabajábamos muy bien en las cosas del colegio, no funcionó con el tiempo. No teníamos otros intereses en común. Yo creía que si pero estaba equivocado; ir al cine o salir de compras no fue suficiente con el tiempo.

Yo quería una vida sencilla y volver a mi país, cerca de la familia, ella quería viajar y conocer el mundo. Creo que el dinero importa para vivir, pero a ella le interesa mucho más. A mí me gusta tener amigos de todas partes, razas, creencias, etc. Ella es “selectiva”. A mí me interesan las personas, a ella las cosas… a fin de cuentas no somos parecidos.

Un día fuimos a comer a un restaurante de moda en esos días y no le gustó la sopa. Hizo un buen lío y trató mal a todo mundo. Yo creo que debe uno reclamar, pero educada y amablemente…qué diferentes!

La separación fue triste, yo creía que era el amor de mi vida, que jamás amaría a nadie tanto…. Estaba equivocado.

Viendo las cosas desde mi punto de vista actual, me doy cuenta de que en efecto me gustaba mucho, es bella, pero no había verdaderos puntos de unión, cosas en que fuéramos afines. La piel es engañosa, nos juega malas pasadas. La química funciona cuando dónde y con quién menos te esperas, no hay exclusividad alguna, no es signo indicativo de haber hallado el amor sentir deseo por alguien, aún un deseo fuerte y casi casi intolerable; esa a quién creí amar sólo me gustaba mucho y me movía las hormonas… bien, eso no es amor, es una pobre caricatura de una parte del amor.

Siempre pensé que me gustaban los cuerpos perfectos, a quién no! También pensaba en que me gustaban aquellas de piel clara, ojos y cabello oscuros, y con voz sensual…. Por Dios!

Un día conocí a alguien diferente a ese “tipo” de persona. Físicamente nada tiene que ver con esos gustos míos pero es un ser afín conmigo en otras cosas. Hay química de por medio, eso sí, y grande! Pero para mí no es lo más importante sino las semejanzas de intereses, las maneras de pensar y actuar. Como a mí, le gusta apoyar o ayudar a las personas, y termina por hacer lo “correcto” aunque primero proteste o diga que no. Nos parecemos en el carácter, por dentro. Eso hizo que se desarrollara una relación resistente al tiempo, aunque pueda cambiar y evolucionar creo que será algo permanente en mi vida.

Todo esto para mí terminó con el mito de que los opuestos se atraen, comprendí que en el mundo real, los iguales son los que verdaderamente se atraen con fuerza y de modo irreversible.

Quería escribir una lista de razones para amar y estoy terminando con una buena razón.

Creo que la mejor razón para amar a alguien es que sea parecido, muy parecido a nosotros, que le gusten las mismas cosas, las mismas actividades, que pueda compartir con uno las penas y los placeres, que ría los mismos chistes y llore las mismas desgracias. Que su actitud ante la vida y los acontecimientos de ésta sea semejante a la propia y que sobre todo, su sentir respecto a lo bueno y bello así como a lo malo y abominable sea semejante.

Alguna vez leí en un texto de Connie Mendez, escritora y metafísica venezolana, que para encontrar a la pareja ideal primero uno debe esmerarse en llegar a ser tal y como desea que sea su pareja ideal.

Si deseo que mi pareja sea dulce y de buen carácter…

Si deseo que él sea cariñoso y amable….

Si deseo que sea solícito y me llene de atenciones…

Si quiero que reaccione con prudencia y benevolencia ante los problemas con las personas…

Si deseo que su actitud hacia el sexo sea … etc., etc., etc.

Sí, estamos claros, eso es lo que tengo que ser primero. Con todo mundo, en toda circunstancia, como hábito, como esencia del propio ser.

El segundo paso consiste en no conformarse con menos. Esto es muy importante pues de nada vale esmerarse en moldear el propio ser si no vamos a perseguir un objetivo afín, si nos vamos a conformar con quien nos sonría primero o con quien nos diga algo lindo, o nos ponga a 100 y nos proponga “algo”. No! Eso es ponerse solos la soga al cuello.

Estoy seguro que buscando puedo hallar siempre a quienes valga la pena, que amen como yo amo a cada momento y que tal vez esas uniones sí puedan ser eternas.